Una imagen vale más que mil palabras. En una noche catastrófica para el Flamengo, algunas miradas se posaron en la actuación del goleador estrella. Gabigol, el verdugo de River en la final de la Libertadores 2018, mostró con su participación en la cancha un muy claro resumen de lo que fue el partido. Apenas hay que mirar su mapa de calor...

Este resumen estadístico de sus contactos con la pelota y sus movimientos durante los 90 minutos evidenció mucho no solamente su desempeño sino el de todo el equipo. Aunque se ven algunas leves manchas que indican que la tocó alguna vez en campo contrario, lo cierto es que el punto más caluroso del campo de juego para el delantero fue la mitad de la cancha.

Y no cualquier punto del césped: exactamente el punto del medio. Es que Gabriel Barbosa tocó allí la pelota en seis ocasiones y en todas fue para sacar del medio. Luego la tocó ocho veces más, repartidas en toda la cancha. Adentro del área tuvo dos contactos, ambos muy malos que terminaron en disparos afuera. Un verdadero desastre por parte del artillero brasileño y sus compañeros.

Independiente del Valle dominó ampliamente y tuvo mayor tiempo la posesión. Terminó con casi un 60% contra el 40% del elenco carioca. Hizo más de 150 pases más que su rival y pateó al arco en 20 ocasiones (Flamengo sólo pudo tirar cinco). Una superioridad total por parte de un equipo mucho más humilde tanto desde los nombres como desde lo económico. El proyecto de hace años de una academia de fútbol que viene haciendo buenos papeles da su fruto. Ya le había ganado a River y Boca en una misma Libertadores: ahora fue el turno del vigente campeón de América después de haber levantado (frente a Colón) la Sudamericana.